"Es una vida que no es vida.

Se sobrevive. Nada más"

¿Por qué ver Injudicial?

Escucha las opiniones de los expertos.

Catalina Pérez Correa

Paola Zabala

José Ramón Cossío

Edna Jaime

Jacobo Dayán

Miguel Sarre

Trailer

Documental completo

Mi interés por el sistema penitenciario en México comenzó cuando escuché una entrevista en la radio con representantes de una asociación civil dedicada a trabajar en prisiones. Busqué un acercamiento con esta organización para proponerles colaborar con mi trabajo de fotografía. Fue así que comencé a visitar penales, como el de Mujeres de Santa Marta Acatitla en la Ciudad de México y en dos ocasiones visité el penal de mujeres de Santiaguito en Almoloya de Juárez, Estado de México. Durante estas visitas pude ver cómo las cárceles están repletas de gente joven, humilde y sin acceso a educación. No hace falta ir más de una vez y estar ahí más de una hora para darse cuenta de que las cárceles son exclusivas de una sola clase social. Es difícil no darse cuenta de esta realidad así como la situación por la que actualmente atraviesa nuestro país: violencia, desigualdad social, escándalos de corrupción en los gobiernos e impunidad, entre otros. Una vez visto lo que sucede en las cárceles, la realidad de afuera no resulta ser tan diferente. En México vivimos en una sociedad acostumbrada a la discriminación, donde la marginación está presente, literalmente, en cada esquina. Somos una sociedad que poco a poco se ha acostumbrado a la violencia, Al parecer, la empatía por el dolor ajeno se caracteriza por su ausencia.

Después de ver todo esto, me fue imposible ser indiferente. Pronto, entrar a los penales a hacer fotografías me pareció algo de poca utilidad. Lo que necesita nuestro país no son paliativos. Lo que necesitamos es ser conscientes o mejor dicho, crear una conciencia sobre nuestra realidad social. Una conciencia lo más alejada posible de los prejuicios y los malentendidos en los que hemos caído, un poco por costumbre, por inercia o por ignorancia.

Es por estas razones que decidí realizar un documental sobre el sistema penitenciario. Por primera vez, desde que me dedico a la fotografía, decidí que iba a involucrarme con los cambios sociales que necesitamos en nuestro país, y quería hacerlo desde mi profesión. Los tiempos lo ameritan. Fue un reto para mí trabajar en esta posible fusión entre cine y artes visuales con la idea de llegar a mi propio estilo en este formato. Mis conocimientos en fotografía y en investigación, gracias a mi formación como historiadora del arte, me han permitido realizar un trabajo que estoy segura tendrá impacto en el público. Con este documental pretendo abrir la puerta a la discusión y dar pie a la reflexión porque creo firmemente en que sólo con la participación de una población consciente se podrá aspirar a una verdadera democracia.

“No hay que recurrir a la violencia para promover cambios políticos” es el principio del concepto de civilización. Sin embargo, en México nuestros gobernantes lo han pasado por alto. La guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado se ha enfocado en el uso de la fuerza y de la violencia sin hacer un esfuerzo para generar cambios sociales. En México los índices de violencia son escandalosos y da la impresión de que los políticos, autoridades y algunos periodistas e intelectuales han resumido la vida y el dolor de las personas en abstracciones como: “banda criminal”, “víctimas del fuego cruzado entre cárteles del narcotráfico”, “crimen organizado” etc. Lo mismo sucede con la opinión pública, que se encuentra entre el agobio y muchas veces la falta de reflexión, ocupada en busca de culpables, pero no para que se haga justicia (muy pocos creen en ella debido a que sus mecanismos se encuentran corrompidos) sino a la espera de venganza.

Si pretendemos lograr un cambio en nuestro sistema de justicia, la realidad tiene que verse desde todos sus aspectos y no reducir a los involucrados a meras abstracciones. Como dice el filósofo Rob Riemen: “ Redúzcase al hombre en un ser inferior y podrá ser asesinado sin escrúpulos, redúzcase al inconformista en un infiel y el fundamentalista ya no tendrá que dispensarle ningún respeto”. En nuestra sociedad aplica esto: Redúzcanse a las personas privadas de su libertad en criminales y sus derechos humanos serán pisoteados bajo la búsqueda de venganza donde todo abuso se justifica en un “no perdamos de vista la meta final”. Las mentes politizadas, nos dice Riemen, no reparan en las personas concretas que viven, aman y son amadas. Solo ven abstracciones.

Entre todos los escritos y ensayos que he revisado y estudiado para elaborar este documental, hay una frase que se repite incansablemente: entrar a una cárcel te cambia, te transforma. Yo puedo decir lo mismo a pesar de que solo entré para tomar fotografías. Desde ese momento, mi interés por descifrar el por qué de esta situación de marginación y discriminación me hizo adentrarme en temas que han cambiado por completo mi forma de pensar y de ver la realidad de mi país. Desde entonces, he tenido contacto con personas que están involucradas en cambiar la situación de injusticia en la que vivimos y eso me ha inspirado para ser parte de este grupo.

Estas voces tienen que escucharse y mi intención es ponerlas bajo los reflectores y sumarme en la labor de transformar mi país.

Marisol Paredes Ruiz de Velasco

Directora